¿Felicidad sin sufrimiento?

¿Por qué seguimos haciendo, cada vez más, como si nada pasara…?

¿Por qué el dolor ocultamos? ¿Por qué silenciamos…?

¿Por qué a otros queremos sanar, cuando de verdad les ayudaremos sanando nosotros mismos nuestro propio dolor?

¿Quién no enseñó que “no hay que sufrir”, que “no hay que llorar”… que sólo hay que “ser feliz”…?

Hoy creo que no hay felicidad sin “sufrimiento”… mirando al sufrimiento como la capacidad de conectar con ese dolor… con aquello tan doloroso que una herida nos dejó… conectar con ello, sentirlo, no ocultarlo bajo una falsa “felicidad”, bajo un “estoy muy tranquilo”, que todo lo tapa, que todo lo oculta… porque quien es verdaderamente feliz es quien es capaz de lidiar con la alegría y con el dolor… no quien tapa el dolor para sentirse siempre tranquilo y feliz… tapar el dolor solo nos lleva a postergar la sanación…