1. dic., 2020

Hogar...

Hogar…

… ese lugar donde puedo ser yo, donde cuido y me cuidan, protejo y me protegen, respeto y me respetan, donde hay paz, serenidad...

… donde lo que en cualquier otro lugar perturba, ahí deja de perturbar, y es acogido… sin juicio…

… aquel lugar donde nadie me observa, nadie me enjuicia…

… donde puede sentirse, y hasta verse la paz…

… donde se escucha la vida, la risa…

… donde huele a fuego, a comida, a flores, a incienso… ¡a vida!...

… donde el llanto también tiene su lugar, y su espacio… sin prisa…

… el lugar que se deja iluminar, calentar, guiar, por el sol que entra…

… y en el que se permite descansar cuando la lluvia arrecia, cuando la oscuridad de la noche el cielo llena…

Hogar… donde las palabras y las risas fluyen, y donde el silencio, tantas veces, impera…

Hogar… lugar de encuentro… donde expresar… sin complejos… sin miedos…

… allí donde se puede soñar…

… Lugar de creación, de imaginación, de estar, de colocar, de mover… de abrir y cerrar…

… Ese lugar donde el “no hacer”, y amigo del silencio cierran la puerta a la culpa, al juicio, al frenético “hacer…”

… donde se puede parar….

… donde rendirse está permitido… porque es ganar…

… Hogar… aquel lugar…